Azúcar en el té… ¿Sí o no?

A vosotros… ¿Os gusta poner azúcar en el té? No a todo el mundo le gusta poner un toque dulce al té, pero lo cierto es que es una práctica extendida. ¿Desde cuando?

La costumbre de añadir azúcar al nació en Europa a finales del siglo XVII. Fue especialmente en Gran Bretraña donde más se extendió. No se cree que llegase de China con las primeras importaciones de té, pues los chinos no solían beber el té con azúcar. Eso sí, se añadía azúcar en algunas regiones de China, entre las que destacan los montes Bohea.

Los británicos se fueron decantando por las bebidas endulzadas hasta el punto que, a finales del siglo XVIII, el consumo de azúcar en Gran Bretaña era diez veces superior al de Francia u otros países europeos. Las cucharillas, las bandejitas para las cucharillas, los azucareros y las tenacillas para el azúcar se convirtieron en elementos básicos de los servicios de té y los emigrantes llevaron la moda a Norteamérica. De hecho, son un elemento más de la tradicional ceremonia del té que los británicos tienen tan arraigada.

Los especialistas recomiendan beber el té sin azúcar, pues enmascara el sabor de la infusión. No obstante son muchos los que siguen añadiendo una o dos cucharaditas.

¿Cuántas tomas tú?

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