Quizás parezca una labor sencilla, pero preparar una buena taza de té también tiene su técnica. Ya que tenemos algo tan preciado entre manos, vamos a intentar que su preparación y presentación sean las mejores posibles para asegurarnos una perfecta experiencia.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es la temperatura del agua. Jamás prepares té con agua hirviendo: quemarás las hojas y desaparecerá el sabor. El agua debe estar caliente, pero no hirviendo.
El tiempo también es importante. No debes dejar eternamente la bolsita de té en el baño de agua. Tenerlo entre 4 y 7 minutos es perfecto.
Hay algunos tés, como el verde, que aguantan más de un uso. No lo tires tras tomarlo una vez, porque aún podrás disfrutar de su sabor en una segunda toma.
Elige una taza amplia para tomar tu té, ya que necesitará espacio para liberar todo su sabor.
Y muy importante… Hay que echar agua en el té, y no al revés.