¿Sólo tomas té porque te gusta? No es una mala razón, pero seguro que si además de contamos que tienen un montón de beneficios para tu salud, lo vas a empezar a tomar con más gusto aún.
Muchos estudios han establecido que contribuye a nuestra ingesta de minerales y a reemplazar los líquidos perdidos. Pero lo que lo hace realmente interesante son los flavonoides, una sustancia que ayuda a reducir el riesgo a tener un ataque al corazón. El colesterol encontrará, por ejemplo, un buen contrincante en el té verde.
En China, donde el té es aún más consumido que aquí, la medicina tradicional le atribuye aún más beneficios: reduce el sueño, despeja nuestra mente, es diurético, elimina la grasa, ayuda a la transpiración del cuerpo, protege los dientes, quita la sed… ¡Y ayuda a estar jóvenes gracias a que es un potente antioxidante! Y algo más que seguro te llama la atención: ayuda a combatir la ansiedad de comer.
Si quisiéramos demostrar científicamente sus beneficios, nos ayudaría conocer la composición del mismo. Cuando estás bebiendo té, ingieres sodio, potasio, niquel, cobre, hierro, silicio, aluminio magnesio, fósforo, calcio, vitaminas A, B, C, E, P y sales minerales esenciales para nuestro organismo. Y, por supuesto, teína.